Portugal está de luto tras un devastador accidente que cobró la vida de cinco miembros de la Unidad de Protección y Socorro de Emergencia (UEPC) de la Guardia Nacional Republicana (GNR)
El helicóptero en el que viajaban se precipitó al río Duero mientras regresaban de combatir un incendio forestal. Este trágico suceso ha conmocionado al país, dejando un rastro de dolor y preguntas sin respuesta.
El accidente, un vuelo que terminó en tragedia
Una misión rutinaria que se tornó mortal
El pasado 30 de agosto de 2024, un helicóptero modelo Kamov Ka-32, propiedad de la empresa HTA Helicópteros, partió con la misión de sofocar un incendio forestal en el municipio de Baião, ubicado en el distrito de Oporto. La aeronave transportaba seis personas: un piloto y cinco soldados de la Unidad de Protección y Socorro de Emergencia (UEPS) de la Guardia Nacional Republicana (GNR). Este equipo, entrenado y experimentado, regresaba a su base tras haber completado con éxito su tarea, cuando, en un giro fatídico del destino, el helicóptero cayó abruptamente al río Duero.
El lugar del siniestro: Samodães, Lamego
El accidente tuvo lugar cerca de la localidad de Samodães, en Lamego, una zona conocida por su difícil acceso y compleja geografía. Rui Silva Lampreia, capitán del Puerto del Duero, explicó en una rueda de prensa que el helicóptero se estrelló contra el agua a una velocidad considerable, lo que dejó la aeronave prácticamente destruida. Las primeras hipótesis apuntan a que la violencia del impacto fue tan intensa que complicó considerablemente las labores de rescate y recuperación de los cuerpos.
Operaciones de rescate, una lucha contra el tiempo
Despliegue de equipos de emergencia
Inmediatamente después de que se reportara el accidente, la Autoridad Nacional de Emergencias y Protección Civil (ANEPC) coordinó un despliegue masivo de equipos de rescate. Decenas de efectivos operativos, apoyados por vehículos y tres medios aéreos, se trasladaron al lugar del siniestro para llevar a cabo las labores de búsqueda y rescate. Participaron en la operación equipos de la policía marítima, bomberos, buzos, embarcaciones de recreo, y personal militar, en un esfuerzo conjunto por localizar a los tripulantes desaparecidos.
Primeros hallazgos, la recuperación de los cuerpos
Durante las primeras horas de búsqueda, se localizaron dos cuerpos dentro del helicóptero sumergido. Los restos fueron encontrados en la cabina de la aeronave, lo que indica que los soldados no tuvieron tiempo de reaccionar antes del impacto. A lo largo de la tarde del 30 de agosto, las operaciones continuaron con la esperanza de encontrar con vida a los otros tres desaparecidos. Sin embargo, a medida que avanzaba la noche, la posibilidad de un desenlace positivo se desvanecía.
Un superviviente, el rescate del piloto
En medio de la tragedia, un rayo de esperanza emergió cuando se logró rescatar al piloto con vida. El experimentado piloto al mando, fue encontrado por una embarcación recreativa que navegaba cerca del lugar del accidente. Presentaba heridas graves, incluyendo múltiples fracturas, pero su vida no corría peligro. Fue trasladado de urgencia al Hospital de Vila Real, donde fue estabilizado y puesto bajo observación médica. Su testimonio será crucial para entender qué causó la caída del helicóptero.
Concluye la búsqueda, un final trágico
El 31 de agosto, un día después del accidente, los equipos de rescate lograron localizar el cuerpo del último soldado que permanecía desaparecido. La Autoridad Nacional de Protección Civil confirmó que los restos mortales fueron encontrados a las 16:06 horas en las frías aguas del Duero, cerrando así la búsqueda de los tripulantes. Con este hallazgo, se confirmó que todos los ocupantes, a excepción del piloto, habían fallecido.
Investigación en Curso
Hipótesis sobre las causas del accidente
A pesar de los esfuerzos de las autoridades por esclarecer lo sucedido, las causas del accidente permanecen bajo investigación. Algunos medios locales especulan que el helicóptero podría haberse enganchado en cables de alta tensión antes de caer al río, una posibilidad que, de confirmarse, podría explicar la pérdida de control de la aeronave. Sin embargo, las autoridades no han validado oficialmente esta versión y han pedido cautela mientras se lleva a cabo la investigación.
El rol de la empresa HTA Helicópteros
La empresa HTA Helicópteros, encargada de operar la aeronave, ha colaborado con las autoridades proporcionando todos los registros y datos de mantenimiento del helicóptero. El Kamov Ka-32 es conocido por su robustez y capacidad para operaciones de rescate y extinción de incendios en condiciones difíciles. La empresa ha asegurado que la aeronave cumplía con todas las normativas de seguridad y estaba en perfecto estado técnico antes de iniciar la misión.
Repercusiones legales y gubernamentales
La tragedia ha generado un intenso debate sobre la seguridad de las operaciones aéreas en misiones de alto riesgo como la extinción de incendios. Las autoridades portuguesas han anunciado que se llevará a cabo una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad y mantenimiento de las aeronaves utilizadas en estas misiones. Además, se ha prometido una investigación independiente para asegurar que todos los aspectos del accidente sean analizados y que se tomen medidas para prevenir futuros incidentes similares.
Un país en luto
Luto nacional, un homenaje a los caídos
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el primer ministro, Luís Montenegro, se desplazaron al lugar del accidente poco después de conocerse la noticia. Conmovidos por la magnitud de la tragedia, decretaron un día de luto nacional el 31 de agosto de 2024 en honor a los cinco soldados fallecidos. Durante esta jornada, las banderas ondearon a media asta en todo el país, y se llevaron a cabo minutos de silencio en varias instituciones públicas y privadas.
El dolor de las familias y la comunidad
El dolor en las comunidades locales, especialmente en Oporto y Lamego, ha sido palpable. Las familias de los fallecidos, todos ellos hombres jóvenes con edades comprendidas entre los 29 y 45 años, han recibido el apoyo de la comunidad y de las autoridades.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencia y solidaridad hacia las familias afectadas, y varias ceremonias religiosas y actos conmemorativos se organizaron espontáneamente en distintas localidades de Portugal.
Un llamado a la reflexión y la acción
Este accidente ha puesto de manifiesto los riesgos a los que se enfrentan diariamente los equipos de emergencia que trabajan en la extinción de incendios forestales, una tarea que se ha vuelto cada vez más peligrosa debido al aumento de incendios forestales en Europa en los últimos años. La tragedia ha reabierto el debate sobre la necesidad de mejorar las condiciones laborales y de seguridad para estos trabajadores, así como de invertir en tecnología y formación para prevenir accidentes.
Una tragedia que deja huella
El trágico accidente del helicóptero en el río Duero no solo ha arrebatado la vida de cinco valientes soldados de la Unidad de Protección y Socorro de Emergencia de la GNR, sino que también ha dejado una profunda cicatriz en el corazón de Portugal. Las imágenes de los restos del helicóptero siendo retirados del río y los rostros angustiados de los familiares son un recordatorio doloroso de los sacrificios que realizan aquellos que están en primera línea de las emergencias.
A medida que avanza la investigación, el país espera respuestas que puedan arrojar luz sobre las causas de este siniestro y, con suerte, evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir. Por ahora, Portugal se une en el dolor y el respeto por aquellos que perdieron la vida cumpliendo con su deber. Este incidente será recordado como un sombrío recordatorio de los peligros inherentes a la lucha contra los incendios forestales y de la valentía de quienes se enfrentan a ellos sin titubear.