Durante una búsqueda. K9 Rescate Protección Civil

Durante una búsqueda, no dar nada por sentado ni juzgar a la víctima

SUMARIO

Durante una búsqueda quienes buscan han de pensar en muchas cosas, pero hay cosas que no deben hacer

Durante el planteamiento y la realización de una búsqueda hay infinidad de actitudes, opciones y situaciones que hay que plantearse y analizar. Dichas actividades han de realizarse de la forma más neutra y abierta posible y teniendo en consideración todas las opciones posibles. 

Si bien, esto no significa que todo lo que planteemos sea cierto, es más, en la mayoría de las ocasiones podemos estar equivocados.

No juzgar a la víctima

Nunca sabremos qué ha podido vivir, sufrir, pensar, hacer o dejar de realizar la víctima durante su desaparición. Con suerte, igual podremos saber algo sobre esto cuando sea localizada. Por ello, nunca hemos de juzgar a la persona.

Para poder planificar y realizar una búsqueda es necesario que nos planteemos todos los escenarios posibles. Esto significa que no siempre tengamos que pensar en las opciones obvias, sino que hemos de plantearnos todas las circunstancias que consideremos, ya sean positivas o negativas. Incluso si estas representan que la víctima se haya comportado de forma extraña, anómala o de cualquier otra manera.

Por esa razón, nunca hemos de juzgar a la víctima. En el caso de que eso sea necesario, otras personas se encargarán de ello; nunca nosotros. Nuestro objetivo es simple: encontrar a la persona lo más pronto posible; aunque eso signifique plantearse cosas “negativas” sobre la víctima.

Esos planteamientos nunca han de suponer un menoscabo en el esfuerzo de búsqueda, solo son opciones que nos planteamos para encontrar lo antes posible a la persona.

Si juzgamos a la persona, estamos actuando muy negativamente; ya que inconscientemente nuestro esfuerzo de búsqueda no será tan eficiente y tenderemos a descartar información que podría ayudarnos, pero que no cuadra con la idea que nos hemos hecho en la cabeza.

La familia y amigos han de estar cerca de la gestión de la búsqueda, pero nunca tomar parte en las decisiones del esfuerzo de búsqueda

La necesidad de realizar esos planteamientos puede suponer una molestia o incluso una ofensa para la familia y amigos de la víctima. Se les ha de explicar claramente que lo que se plantea es con el objetivo de disponer de todas las opciones y así encontrar a la persona lo antes posible; pero que nunca supone que se esté juzgando ni valorando lo que la persona ha hecho o dejado de hacer.

Conviene recordar que no es extraña la búsqueda en la que la familia indica que es imposible que la víctima haga alguna cosa; y cuando se encuentra a la persona se descubre que sí lo ha hecho.

Por ello, la familia y amigos han de colaborar en la búsqueda, pero no han de coartar la capacidad de decisión de quienes gestionan o realizan la búsqueda. Han de estar cerca, pero no en la toma de decisiones.

Es totalmente compresible que la familia tenga una opinión sobre la víctima y desee proteger su “honor”. Pero en una búsqueda eso puede llegar a ser contraproducente.

Ha de tenerse en consideración lo que indique la familia y amigos, pero no han de ser la base de las decisiones. Incluso no ha de tomarse como cierto lo que digan, a menos que se encuentren pruebas claras que lo corroboren. Es cierto que esto puede suponer un enfrentamiento con la familia o amigos; pero es un riesgo que hay que asumir.

Además, hay que ser conscientes que la familia y amigos necesitan buscar alguien a quien culpar por lo sucedido; y casi siempre esta culpa recaerá sobre quienes gestionan o realizan la búsqueda. Sea cierto o no, es su forma de enfrentarse a la situación.

Los planteamientos que se realicen durante una búsqueda nunca han de darse por ciertos a menos que existan pruebas que los confirmen

Lo que se plantee es una herramienta para la realización de la búsqueda, nunca una realidad o verdad. Por ello no ha de tomarse a pies juntillas, a menos que existan pruebas que así lo indiquen. 

Las decisiones han de tomarse en base a la información disponible, y apoyada por pruebas. 

En las fases iniciales, la carencia de información nos obliga a trabajar con suposiciones; pero no son más que eso. Si hay que cambiarlas, hacerlo. Y en el momento en el que se dispongan de pruebas, utilizarlas como base en la toma de decisiones.

No dar nada por sentado

Durante la búsqueda ha de mantenerse una mente abierta, estar totalmente abiertos a todo y estar dispuestos a cambiar de plan, táctica o lo que sea necesario; si las pruebas que se encuentran a sí lo indiquen.

Hemos de ser conscientes que los planteamientos e ideas que asumamos pueden estar totalmente equivocados. Por eso nunca considerarlo como verdades y que esa asunción nos lleve a desechar lo que no cuadre con dichos planteamientos.

No hay dar nada por sentado. Eso significa estar constantemente abiertos a recibir, escuchar y analizar cualquier nueva pista, dato, información o testimonio que puedan tener relación con la búsqueda. Aunque supongan ir contra lo que suponíamos hasta ese momento.

Para realizar una búsqueda ha de crearse un plan. Y este ha de mantenerse mientras nada siguiera otra cosa. Pero si nueva información indica otra cosa, hemos estar dispuestos a adecuar, modificar o incluso crear un nuevo plan; si así se considera necesario.

Para evitar confusiones, se recomienda explicar esos los cambios a quienes participan en la búsqueda, así como a la familia y amigos. Esto no ha de realizarse necesariamente durante la búsqueda, esta decisión dependerá de lo que implique ese cambio, pero mínimo si cuando esta concluya.

También hay que añadir que, si durante la búsqueda se aprecian actitudes o acciones extrañas o sospechosas por parte de alguien, esto ha de comunicarse inmediatamente de forma confidencial al responsable de la búsqueda o a las autoridades; para que lo investiguen si lo consideran necesario.

Resumen

El hecho que durante una búsqueda nos planteemos muchas opciones e ideas, nunca nos da derecho a juzgar a la víctima.

En muchas ocasiones lo que pensemos o planteemos estará equivocado. Pero esa realidad ha de combinarse con el hecho que eso se ha realizado objetivamente para tener más opciones para localizar a la persona; únicamente para eso.

En muchas ocasiones nunca sabremos lo que la víctima ha vivido, y porque ha hecho lo que haya hecho. Por ello, juzgarla sería un gran error.  

Todo ello nos lleva a no dar nada por sentado. Nunca hemos de considerar lo que pensemos como una verdad; estamos obligados recibir y analizar cualquier información críticamente. Y si algo indica que hemos de cambiar lo que suponemos o pensamos, hacerlo rápidamente.

Si te ha parecido interesante este artículo, escrito por Ander López de Abechuco Martínez de Rituerto, autor del libro «Fundamentos para la búsqueda terrestre de personas desaparecidas», te invito a leer otros artículo de nuestro colaborador. Aquí te dejo un enlace «Perderse como una petición de ayuda«.

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