Hemos leído en algún medio de internet referencias a la publicación de un nuevo estudio en el que han participado las universidades de Nottingham Trent y Harper Adams, tratando de determinar el impacto en los perros de los climas adversos que se producen a consecuencia del cambio climático. Tranquilos no vamos a entrar en el debate sobre el cambio climático, pero si que nos fijaremos en la repercusión de frío y calor extremo en el trabajo de nuestros perros.
El artículo subraya la importancia del paseo para el mantenimiento de un buen estado de salud en los perros y la influencia directa en su bienestar, hasta aquí nada que añadir, excepto que lo haría extensivo a nosotros mismos. Los investigadores señalan las diferencias entre estudios anteriores, en los que se ha estudiado el impacto del clima invernal adverso en los paseos de perros, respecto al actual, en el que se estudia el impacto sobre los niveles de actividad general.
En el estudio aseguran que “El cambio climático está dando lugar a más casos de alteración climática estacional”, para elaborar sus conclusiones, se recopilaron opiniones de los dueños de perros sobre las consecuencias que en su opinión tenían los efectos del clima en los niveles de actividad del perro, tanto en verano como en invierno. Para ello se realizó una encuesta entre los meses de mayo y diciembre del 2018, a 3.153 personas en diferentes países.
De las opiniones recogidas se concluye que los perros se vieron más afectados por el frío, un 48,2% menos de probabilidades de ejercitar a su perro, y en hielo, un 64,0% menos de probabilidad, que por lluvia, un 25,3% menos probable. Por otro lado una mayoría de los encuestados, más del 80%, informaron de la reducción del tiempo de ejercicio de sus perros, así como de intensidad del mismo en climas cálidos.
“La participación en deportes caninos pareció reducir el impacto del clima invernal en la actividad de los perros y aumentar la conciencia de los propietarios sobre las estrategias de mitigación del calor para facilitar la actividad en verano”, afirman los investigadores. Señalando que llevar agua o caminar cerca del agua, es la estrategia más extendida, 90,8%, para mitigar los efectos del calor extremo.
Una conclusión a tener en cuenta es como el clima cálido y húmedo del verano afecta a los perros en mayor medida que el clima frío y húmedo del invierno. Destacando que las razas braquicéfalas, como el Bulldog francés e inglés, Pugs/Carlinos… pueden verse afectados de manera desproporcionada por todos las formas de clima extremo, afectándoles en igual medida tanto el calor intenso como el frío.
Los investigadores llaman la atención sobre la probabilidad de que los eventos climáticos extremos se vuelvan más comunes y por consiguiente afecten en mayor medida a los niveles de actividad del perro. Ante esta situación debemos concienciarnos de la importancia de planificar campañas educativas encaminadas a sensibilizar a los propietarios sobre la importancia de proteger el bienestar canino frente al cambio climático.
Precisamente en este punto y para concienciar sobre el impacto del aumento de las temperaturas en animales de compañía, MSD Animal Health ha puesto en marcha la iniciativa europea #ProtectOurFutureToo a través de la cual 21 expertos de más de 30 países de toda Europa evidencian científicamente los riesgos que conlleva esta realidad para las mascotas.
En este sentido, los expertos de #ProtectOurFutureToo han destacado en diferentes ocasiones que las alteraciones climáticas estacionales provocan estrés térmico a las mascotas y que los cambios en el medio ambiente contribuyen, entre otros, a las alteraciones del sistema inmunitario de los animales de compañía.