Odorología forense canina, el asombroso mundo del olfato en los perros y su capacidad para detectar el olor humano
1. Como se comporta el olor y flujo de aire
Los perros pueden: descender en rapel con su Guía, localizar a un ser humano dentro de un radio de ciento de metros, encontrar un cadáver bajo el agua, subir escaleras, todo siguiendo un único fin: ENCONTRAR EL OLOR HUMANO (Odorotipo). Puede ser en forma de persona viva, un cuerpo muerto, un diente, un hueso y hasta una prenda (ropa).
Nosotros tenemos miles de pequeños trozos de nuestro cuerpo cayendo a cada minuto; 40.000 piezas para ser exactos de estos minúsculos copos llamados BALSAS, compuestas de células de piel, productos de higiene, bacterias, hongos, parásitos, sudor, hormonas y enzimas, que son únicas para cada ser humano (odorotipo), inclusive en los hermanos gemelos son diferentes. Estos son los que huelen los perros.
Algunas Balsas más livianas, son transportadas por corrientes de aire; otras son más pesadas caen al suelo. Si bien es imposible saber con seguridad, la mayoría de los expertos concuerdan que los perros van oliendo estas balsas, que por las corrientes de aire forman el famoso cono de olor. Las células de la piel de una persona posee un único olor, por eso un perro puede oler una prenda y buscar específicamente la persona que lo llevaba. Apoyado por su memoria olfativa y su eficiencia en la discriminación de olores u aromas.
La parte externa de la epidermis está compuesta por queratinocitos planos llamadas células escamosas que se desprenden constantemente. La parte inferior de la epidermis se llama capa basal, y a los queratinocitos aquí se les llama células basales. El sentido del olfato de los perros se dice que es de 10.000 a 100.000 más agudo que el nuestro. O sea, los perros pueden detectar algunos olores en partes por billón. La investigadora Alexandra Horowitz, escribe que nosotros podríamos notar si nuestro café ha tenido una cucharadita de azúcar añadido al mismo, un perro podría detectar una cucharadita de azúcar en dos piscinas de tamaño olímpico.
Los perros poseen hasta 300 millones de receptores olfativos y nosotros 6 millones, y la parte del cerebro de un perro que se dedica al análisis de los olores es, proporcionalmente hablando, 40 veces mayor que la nuestra. Las narices de los perros funcionan de manera diferente a la nuestra.
Cuando los perros inhalan, un pliegue de tejido dentro de su fosa nasal se divide en dos vías de flujo diferentes, uno para el olfato y uno para la respiración. Alrededor del 12% del aire inspirado sufre desvíos en un área empotrada en la parte posterior de la nariz que se dedica a la olfacción (receso olfatorio), el resto de los barridos de aire desaparecen a través de la faringe a los pulmones.

Al exhalar los perros, el aire gastado sale a través de las ranuras en los lados de la nariz de manera que el aire exhalado sale a remolinos ayudando a usar nuevos olores en la nariz. El alcance aerodinámico de cada fosa nasal es menor que la distancia entre las fosas nasales, les ayuda a determinar a qué fosa llego el olor, o sea ellos pueden oler de manera independiente en cada fosa.
a. El Olor y la Huella Olorosa
El Olor es una sensación o impresión que en el olfato producen los efluvios (Emisión de vapores o de partículas muy pequeñas que se desprenden de una cosa) o emanaciones de los cuerpos.
Así mismo existen factores que determinan y ayudan a un perro especializado en olfato a discriminar el olor artificial y solo guiarse por el olor oculto del odorotipo.
• Aunque los perfumes o fragancias huelen siempre como los diseñó el fabricante, el olor e intensidad que percibimos los humanos o en este caso los perros, varía dependiendo de cuánta fragancia absorba la piel y de cuánta se evapore en él individuo.
• No importa la variante de cubrir con ropa la piel que hemos perfumado, aunque ocasione que el producto se absorba más y se evapore menos, continua presente el olor corporal del individuo tanto en las áreas cutáneas como en la ropa.
• La piel cubierta, además, está más caliente y probablemente su estrato córneo (factor de protección para la piel en forma de película plana y una vez que estas células han perdido su estructura vital, son células muertas que terminan desprendiéndose por medio de la exfoliación) se mantenga más hidratado.
• El grado de humedad que desprenden los poros cutáneos en una piel hidratada también puede variar la cantidad de fragancia que se evapora, ya que en una habitación seca y con temperatura elevada, se evapora más rápidamente dejando más al descubierto el odorotipo del individuo.
La Huella Olorosa no es más que una microhuella “invisible” a la percepción humana, formada por ácidos volátiles, aminoácidos y otros olores adicionales del cuerpo humano, aún si estas huellas haya sido tocada por más de una persona. Se pueden obtener huellas olorosas de cadáveres, de máculas hemáticas, de orina, de heces fecales, de saliva, de huellas dermatoscópicas sin valor identificativo y de huellas de calzado, incluso perdura después de la muerte.
2. Sistema olfatorio
La Región Olfatoria del perro ocupa la mitad de la región nasal, la célula olfatoria es responsable de captar las moléculas olorosas y está recubierta por finísimos flagelos o cilios de diversos calibres y longitudes (aproximadamente son 72 cilios por cada célula), que suman 2 billones. Los perros necesitan solamente UNA (1) molécula olorosa para estimular el olfato y descubrir la fuente productora.
Junto con el gusto forma parte del proceso digestivo y para reconocimiento del entorno, de protección, búsqueda de alimentos y selección de los mismos y conducta sexual, e importante en la memoria a largo plazo (MALP).
Son más de 10.000 olores que el ser humano puede identificar: floral, fétido, picante, quemado, etc.
En los mamíferos, esta modalidad sensorial está mediada por dos órganos anatómica y funcionalmente distintos, el Epitelio Olfatorio Principal y el Órgano Vomeronasal. Las feromonas activan al Órgano Vomeronasal y producen una conducta innata social y reproductiva.
La mucosa nasal olfatoria en el hombre tiene 5 cm2, mientras que en el perro es de 50cm2. Los estímulos olorosos, son recibidos por los receptores de las cilios de las neuronas bipolares olfatorias de la nariz (10-20 millones células receptoras o células Schultze) que tienen una vida media de 30 días. Junto encontramos las células de sostén y las células basales responsables de la regeneración de las células receptoras olfativas (con una frecuencia de uno a dos meses).
Los receptores olfatorios consiste aproximadamente de 1.000 genes (el hombre 300 a 350 genes), estos genes son proteínas localizadas en las células olfatorias y cada uno de estos genes codifica para una proteína en especial y cada aroma activa un conjunto de proteína. Los olores se componen de moléculas olorosas y cada una de ellas activa un grupo de receptores olfativos, cada receptor es específico para cada molécula.

- Epitelio olfatorio: una cavidad en la parte posterior de las fosas nasales alberga receptores sensoriales.
- Humanos: 1(pulgada), proporcional a 6 millones de receptores. Perro: 30(pulgadas), proporcional a 250 millones receptores.
- Órgano Vomeronasal: un órgano sensorial que detecta feromonas recogidas por la nariz mojada del perro.
- Fosas nasales: el aire es exhalado a través de las aberturas laterales, por lo que no diluye el aroma de aire entrante.
- Bulbo olfatorio: una región del cerebro que procesa las señales del epitelio olfativo. Bulbos olfatorios caninos son 3 veces más grandes que los de los humanos, a pesar de que sus cerebros son 10 veces más pequeños.
LA MUCOSA NASAL tiene en el ser humano una superficie de unos 5cm2. En ella encontramos el epitelio cilíndrico pseudoestratificado que contiene de 10 a 20 millones de células bipolares sensorial en diferentes estadios de diferenciación, ya que esta neurona se regenera periódicamente. Con ellas encontramos las células basales (en continua división y origen de las neuronas bipolares) y las células sustentaculares. Los cuerpos celulares de las neuronas maduras se encuentran en diferentes niveles en la capa epitelial y proyectan sus axones, a través de la lámina cribosa del etmoides, directamente al sistema nervioso central, haciendo sinapsis con las células glomerulares del bulbo olfatorio (estructura que forma parte del sistema límbico). El otro extremo se proyecta hacia la cavidad nasal en forma de 10 a 20 cilios.
Cada neurona glomerular del bulbo, recibe información de una sola célula sensorial y proyecta directamente a la corteza olfativa, además del hipocampo y amígdala, que permite una mayor discriminación olfatoria.
El estímulo odorífero necesita ser disuelto en las secreciones nasales antes de contactar con la neurona sensorial. Cada neurona sensorial tiene un receptor específico de los 350 posibles genéticamente en el ser humano.

a. Nariz del perro, receptores, etc.
Las representaciones olorosas pueden estas codificadas por medio de neuronas, dando por resultado el Código Olfatorio. El cerebro cambia los datos de varios receptores olfativos formando un patrón que es reconocido como un aroma distintivo.
Los receptores, se encuentran en las células que se ubican en el epitelio nasal, (receptores junto a las células, detectan las moléculas odorantes inhaladas). Este epitelio tiene 5 millones de neuronas olfativas que envían mensajes al bulbo cerebral entonces cuando un olor estimula a una neurona, la señal viaja a lo largo del axón de la célula nerviosa, hasta llegar al bulbo olfatorio donde señales se transmiten a la corteza superior del cerebro quien maneja la memoria a MACP/MALP.

En el acto de oler el aire que ingresa por la nariz separado con cada fosa nasal transporta gran cantidad de moléculas odorantes diferentes que en su conjunto forman un olor particular como ya hemos dicho. Cada molécula es captada por un receptor, existen más de 1000 tipos de receptores, cuando se detecta la molécula, una señal eléctrica es enviada al bulbo olfatorio, cada señal activa una microrregión llamada glomérulo. El olfato del perro es analítico, es capaz de detectar varias sustancias en suspensión a la vez y diferenciarlas.
Toda toma de olor se dirige al sistema límbico formado por el hipocampo y la amígdala cerebral. En el entrenamiento hay que lograr aumentar la capacidad neurológica del hipocampo. MAYOR VOLUMEN – A MAYOR EXPERIENCIA.
Los seres vivos están sujetos a un continuo bombardeo de moléculas olorosas que son percibidas por los receptores que nos informan sobre la disponibilidad de alimentos, así como del placer o el peligro potencial asociado a su presencia.
El sentido del olfato despierta algunas repuestas fisiológicas que modulan el comportamiento. El olfato del recién nacido es factor decisivo para que localice la glándula mamaria de la madre.
Los receptores olfatorios son neuronas localizadas en un neuroepitelio especializado, situado en la parte posterior de la cavidad nasal. Cada individuo es capaz de reconocer hasta 10.000 diferentes olores. En el perro se incrementa notablemente, ya que el área del epitelio olfatorio es aproximadamente 40 veces mayor que la de los seres humanos.
Desde su polo apcial, cada neurona emite una sola dendrita, desde ella salen entre 5 y 20 cilios que están dirigidos hacia la capa de moco que cubre el epitelio. Del polo basal nace un solo axón, que atraviesa y llega al bulbo olfatorio y las señales son reenviadas a la corteza olfatoria.
Linda Buck demostró que solo el 3% de todos nuestros genes codifican a diferentes receptores olfatorios (detectan olores). Cada gen se expresa en una sola célula receptora. Es posible que varios receptores sean activados por una parte de la estructura química de la partícula olorosa y que un olor determinado se asocie con algunos grupos químicos que activarán a un receptor específico para ese olor.
El cerebro, debe determinar la combinación precisa de receptores activados por un olor particular, este hecho nos permite entender, porque somos capaces de diferenciar el olor de los jazmines del olor del pan recién hecho. Cada una de las neuronas olfatorias activadas expresan un solo receptor y tiene una representación en el cerebro. Cada vez que los receptores responden a un olor, las señales se transmiten por los axones olfatorios. Aproximadamente 10 millones de axones van a formar el nervio olfatorio que se dirige hacia el sistema nervioso, los axones en grupos de 10.000 convergen en ciertas estructuras llamadas glomérulos olfatorios y hacen contactos sinápticos con la dendrita principal de las células mitrales o empenachadas del bulbo olfatorio, existen el mismo números de glomérulos que de receptores. Es decir que cada glomérulo es activado por un olor. Un mismo olor va a producir el mismo tipo de repuesta en los individuos de la misma especie.
La reacción que un sujeto tenga ante el olor a peligro no será la misma si el contenido biológico es de olor al sexo opuesto, dicho olor juega un papel importante en la conservación de la especie.
Muy pronto la segunda parte de este interesante artículo de nuestro compañero Hugo, dedicado a la «Olfacción forense canina en la detección de restos humanos», estate atento…
2 respuestas
Que pasada! Me ha encantado el artículo, estoy deseando que llegue la Segunda parte!
Muchas gracias, la semana que viene estate atenta que lo publicaremos. Nuestro colaborador Hugo cuenta con un amplio bagaje de conocimientos sobre el tema, un lujo poder tenerlo en nuestro equipo.